Des y Dicha
Abrí los ojos esta mañana y pude darme cuenta que me acechabas, que tu mirada eran balas que atravesaban mi corazón, el músculo que bombea la sangre a mi cuerpo estaba triste y quería dejar de funcionar, hablé con él y le dije que si se detenía podríamos perdernos en el más allá y nunca nos volveríamos a encontrar. Es así como reflexioné sobre mi vida, y me di cuenta que no estaba despierta, estaba soñando contigo, pero en el sueño pude percatarme de lo infeliz que yo era a tu lado, y al despertar realmente de golpe por tan inmensa revelación, una lagrima rodó sobre mi mejilla.
Cuan desdichada estaba siendo una vez más al no ser amada como todos lo necesitamos, ¿Por qué habríamos de pedir migajas cuando merecemos una panadería completa?, simple, la soledad, aprender a estar solos no es una tarea fácil, y nos aferramos a lo que nos hace daño, para tratar de llenar ciertos vacíos de los que nos cuesta hablar con un mejor amigo por miedo a ser juzgados. Pero, ¡por dios! que gran penitencia, estamos de pasada en este mundo, nos creemos invencibles frente a los sentimientos y somos tan frágiles como una esfera de vidrio soplado en un pino de navidad, dentro de una casa con un felino travieso atraído por las luces, ¡wow!, esperen, no estoy exagerando pero así de frágiles somos. Entonces al darme cuenta de tal desdicha, sujete mi cabello para comenzar mi día y tome la decisión de terminar tal dilema.
Hoy, me siento en paz y me he perdonado por dejar que me dieras migajas, y me perdoné porque me di cuenta a tiempo de lo que valgo y de lo que soy, un ser humano que irradia brillo y es capaz de compartirlo siempre y cuando alguien quiera brillar de la misma manera a mi lado y no tomar de mi brillo para llenar su oscuridad.
De este lado del universo, Beth ✨.
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